miércoles, 1 de febrero de 2023

T. VOLUNTARI@S: literatura creativa

Literatura creativa: "Fiesta de mi pueblo", por Isabel Crespo Crespo




Los/as participantes del taller de literatura creativa de Luca de Tena, han recopilado sus escritos en un libro que les gustaría compartir con todos/as nosotros/as. Cada semana, se publicarán sus escritos en nuestro blog, para compartir reflexiones y entretenimiento. Esperamos que os guste.


"El grupo de música ya había llegado a ese bonito pueblo de la sierra de Madrid. Estarían tres días actuando justo, lo que duraban las fiestas de la virgen.
Era un acontecimiento, y esa época de verano se llenaba de gente del pueblo que trabajaban fuera e incluso en el extranjero. Había que aparentar que habían triunfado fuera y estrenaban trajes elegantes que todavía debían al sastre.
Los que se habían quedado en el pueblo, arando sus cuatro tierras miraban con envidia a sus paisanos y a los veraneantes que iban llegando.
 Has visto al hijo de la Reme ¡Que cochazo trae! Y viene con novia nueva. Y los hijos del Isidro.
 ¿Cuál?
 ¡Los que se fueron a Alemania!
 Y, ¿Esos que hacen allí?
 -Trabajan en la Mercedes, ¿No has visto el coche que han traído? He oído que ganan cada uno más de treinta mil pesetas.
 ¡Vaya sueldazo! Que ahorren y guarden que si no hay buena cabeza, estás trabajando allí para nada. Acuérdate de Benito, de poco le sirvió trabajar en Suiza dos años, en seis meses ya se lo había gastado todo.
En la plaza ya estaba todo apunto. Habían colgado de un lado a otro, tiras de papel con la bandera nacional para dar ambiente de fiesta, y luces de colores colgando de los árboles. El alguacil había anunciado que, a las seis de la tarde, saldrían los gigantes y cabezudos para alboroto de los más jóvenes. Acompañados de un grupo de dulzaineros, todo el mundo se arremolinó en la plaza, iban los gigantones vestidos a la vieja usanza. A él no le faltaba la boina y el chaleco negro y a ella las enaguas debajo de la falda, le daban un aire elegante y hacía que pareciera aún más grande. Mientras los cabezudos perseguían a la chiquillería con una porra, pero nunca llegaban a darles, a pesar de que a veces más de uno lo mereciese.
Los tres bares que hay en la plaza del pueblo estaban tan llenos que no cabía un alfiler.
Las mujeres mayores y con obligaciones se iban retirando, tenían que preparar la cena, ya que enseguida comenzaría el baile en la plaza y había que vestirse para la ocasión. La orquesta comenzó a sonar, cuatro hombres y una mujer componían el grupo, sonaba bien y la cantante tenía una bonita voz. Las parejas se animaron y comenzaron a bailar un pasodoble, “España Cañí.” Este año son buenos los músicos, el Sr. alcalde ha gastado más perras que el año pasado.
El trompetista tubo que afinar la sordina porque iba descompensada con el resto de los instrumentos y las pocas parejas que bailaban comenzaron a silbar.
Llego el alcalde haciendo acto de presencia, saludó y comprobó que todo estaba en orden, se quedó mirando a los músicos poniendo más énfasis en la cantante mientras, se atusaba con los dedos el hirsuto bigote, se percató que Román estaba al lado de él y le preguntó:
 ¿Oye, cómo va la casa que estás construyendo?
 ¡Bien, adelantada!
 ¿Habréis tapado todos los huecos que estaban sin terminar?
 ¡Sí! Ya han metido en cada uno la viga correspondiente.
 ¡Bien! Que con este alboroto puede caer un chiquillo y quiero tener las fiestas en paz.
Habían pasado tres días volando, a partir de mañana, había que volver de nuevo a la rutina. Algunos se volvían a sus obligaciones otros se quedaban a pasar unos días de vacaciones con la familia, pensando en el próximo año volver de nuevo.


Isabel Crespo, Mayo de 2022



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