RECOMENDACIÓN LITERARIA. 
Hoy, Charo Ángulo, nuestra Voluntaria del taller de Lecturas Compartidas en el CM Casa del Reloj, nos recomienda esta obra para que pasemos un rato disfrutando de esta lectura, además de dejarnos estas frases para reflexionar sobre la lectura de libros.
¿Abandonar la lectura de un libro o no?, esa es la cuestión (Shutterstock).
Muchos lectores y lectoras pueden abandonar libros sin culpa. Pero hay otra estirpe, incapaz de dejarlos antes de llegar hasta la última línea. ¿Cuándo abandonar un libro? ¿Y cuándo darle una segunda oportunidad? Las conductas lectoras suscitaron opiniones de voces literarias como Jorge Luis Borges y Julio Cortázar. Infobae Cultura consultó a los escritores Martín Kohan, Esther Cross y Luis Chitarroni, así como a Florencia Ure, creadora del club de lectura Pez Banana.
Debatirse entre abandonar o no un libro. Una disyuntiva que en algún momento suele aquejar a lectores y lectoras y que rebasa géneros, autores y soportes. Borges, lector incansable, aseguró que “la lectura debe ser una de las formas de la felicidad”. Durante sus épocas de profesor de Literatura Inglesa en la Universidad de Buenos Aires (UBA) y les aconsejaba a sus estudiantes: “Si un libro les aburre, déjenlo; no lo lean porque es famoso, no lean un libro porque es moderno, no lo lean porque es antiguo”.
Para Esther Cross, cada lector o lectora puede trazar con libertad su propia biografía “en ese enorme universo disponible de los libros que siempre se va agrandando”. A veces, apunta Luis Chitarroni, “no estamos en condiciones para el encuentro o para el abandono, nosotros ni el libro. Tiene que haber una especie de acuerdo previo: es un acto de amor”.
Martín Kohan, quien termina todos los libros que empieza, advierte que la exigencia de lectura aparezca “como desvalor frente a entretenimiento”. Cuando un libro merece ser leído, “o uno desearía leerlo y falla, yo como lector dirijo la interrogación hacia mí mismo”, señala. Ure Postela en tanto que “la comunión con un libro vaya a saber de qué misterio depende y no siempre se alinean los planetas como para que ocurra”.
Leer, una pasión que no tiene edad (Shutterstock)
Cortázar, por su parte, llegó a lamentarse de haber atravesado una etapa de obsesión por terminar los libros. “He leído muchos novelones y muchos libros de poemas insoportables, confiando siempre que en las últimas diez páginas encontraría el gran momento, algo que rescataría la totalidad de la obra”, confesó el padre de Rayuela.
“Alguna vez pudo haber sucedido, pero en la mayoría de los casos, cuando cincuenta páginas de un libro son malas, es difícil que el resto las salve. Es como un match de box: si hay una primera mitad que es mala, sólo un milagro puede cambiar la cosa en la segunda mitad”, opinó.
Tanto por el lector como por el libro, Esther Cross acuerda con Borges. “La lectura forzada no le hace un favor a nadie. Al lector, por razones obvias. En cuanto al autor: no creo que a nadie le guste ver a un pobre lector esforzándose para leer lo que escribió, seguramente con entusiasmo”.
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