viernes, 19 de febrero de 2021

T. VOLUNTARI@S: literatura creativa

LITERATURA CREATIVA: "Nueva ilusión"                   


Hoy, la compañera del taller de literatura creativa del CMM Luca de Tena, Isabel Crespo, comparte uno de sus relatos con nosotros/as.


"Hacía mucho frío. La madre acurrucaba a su hijo de apenas cuatro años. Desde que se quedara viuda por aquel fatal accidente de su marido al espantarse el caballo, en el que se cayó y se abrió la cabeza con una piedra semienterrada, los vecinos la habían ayudado llevando a su casa alimentos y leña para el fuego.
Esa noche había caído una nevada que había cubierto el tejado y con el deshielo, se había filtrado el agua a través de las tejas rotas.
En la noche de Nochebuena, se dispuso a encender el fuego y en unos minutos la pequeña estancia se había caldeado.
Mirando a su derecha, vio al pequeño sonreir con sus mofletes rojos y se dijo: "al menos por esta noche no pasaremos frío". Mientras se cocinaba el guiso, le explicaba a su hijo el espíritu de la navidad: "hace muchos años nació un niño que desde arriba nos va a proteger y ayudar" 
En ese momento, llamaron a la puerta. ¿Quién podría ser? Ella no tenia parientes. Miró a través del cristal de la ventana. Su asombro llegó al ver a un hombre con una pequeña en brazos pidiendo ayuda. No lo pensó dos veces y de inmediato abrió la puerta: " Señora, ayúdenos, la niña tiene mucha fiebre, íbamos camino de Puente -nuevo a casa de los tíos de la niña".
Sin dudar de quienes podían ser, les hizo pasar y cogió a la pequeña y le puso ropa seca y al calor del fuego. Poco a poco empezó a reaccionar y enseguida los dos pequeños jugaban y reían.
Ellos, junto al hogar se contaron sus pensamientos, él también había perdido a su esposa e iba a casa de sus tíos porque se sentía incapaz de criarla.
Comieron el rico guiso que la mujer había preparado, acostó a los niños y ya más tranquilos, sacó una botella de licor y dos copas. Le contó que era tratante de ganado, que tenía que viajar. Ella le propuso que dejara a la niña. Se miraron a los ojos y se sintieron muy solos. A ella le brotaban las lágrimas pero esta vez de alegría por ese abrazo que él le dio contra su pecho. Cuanta necesidad tenían de amor.
Por la mañana, él ya había decidido que hacer: "me quedaré unos días y acondicionaremos la casa, compraremos todo lo necesario para un par de meses, que regresaré de nuevo"
La tarde de su partida, todos estaban tristes. Al amanecer, Paul y su socio se marcharían para vender en la feria, ese negocio lo conocían muy bien y sabía que en ese momento, en que tenía que alimentar a una familia, sacaría una gran suma de dinero.
La pequeña se adaptó bien en su nueva casa. Marta la trataba con cariño sin hacer distinciones entre su hijo y ella. Por las tardes les daba clases ya que en esa época de invierno el colegio cerraba y se helaban los caminos. 
Con las mejoras que había hecho Paul, la casa era más acogedora. El tiempo corría pero una mañana llegó él, radiante y feliz. Había decidido trasladar el negocio de ganado ya que allí también había pastos y cuando llegaran las heladas se apañaría con forraje seco.
La primera en abrazar a Paul fue su hija, seguida del pequeño y Marta.
Hoy hace un año que Paul pidió ayuda. Si, era Nochebuena y esta vez no había un pobre puchero, sino un rico asado en el horno"

                                                                    
                                                           ISABEL CRESPO


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